jueves, 19 de agosto de 2010

Y LLEGO EL DIA

















Y por fin llego el día.
Me llamarón de la academia, ya estaban las listas de admitidos, no me quisieron decir nada, alegando que había que ir personalmente a la DGGC, bueno eso me hizo sospechar que no había aprobado, pero bueno, no estaba muy seguro de lo que quería.
La verdad es que bajaba por Raimundo Fernandéz. Villaverde en dirección a Guzmán el Bueno y le daba muchas vueltas al asunto, no sabía que me dirían y pensaba de nuevo en todo lo que dejaría a atrás, siempre he sido muy casero, y la verdad es que tenía miedo.
Al llegar a la puerta de la 111ª Comandancia(cuantas horas de mi vida iba yo a pasar aquí en un futuro no muy lejano), lo cierto es que estaba temblando, le dije al Guardia de la puerta a lo que venía y me pidió el DNI, llegaba el momento.
¡¡¡APROBADO!!!
Siguiente comentario, “No sabes dónde te has metido” y de remate “Te vas a cagar”
Otro Guardia sabio, de vuelta a casa no lo asimilaba, ahora en unos días me llamarían y tendría que traer una documentación.
Como se lo diría a mi padre? Sé que le iba a fastidiar, le dejaba colgado y con la furgoneta y el no sabía conducir y a sus años ya, y mi madre, bueno le daba la vuelta a todo y me estaba dando un telele, lo mejor irse a tomar unas birras y contárselo a los colegas, me quedaban muchos meses por delante para que se hiciesen a la idea y unos cuantos a mí de calamidades, así que a divertirse un poco.

viernes, 13 de agosto de 2010

BREVE APUNTE DE HISTORIA






Ante el grave problema de seguridad pública que existía en el ámbito rural de España tras finalizar la Guerra de la Independencia contra el invasor francés, se dispuso en el año 1814 por el Rey Fernando VII que las autoridades militares entendieran de los delitos de bandolerismo y se emplearan para su persecución tropas del Ejército. Sin embargo los resultados no fueron satisfactorios y la cuestión lejos de solucionarse se fue agravando, fracasando diversos intentos de crear cuerpos armados que se encargaran de velar por la seguridad pública tales como el de Celadores Reales en 1823 y el de Salvaguardias Reales en 1833.

Diez años después, el 28 de marzo de 1844, se dictó por el Ministerio de la Gobernación el primer decreto que disponía la creación de un Cuerpo de Guardias Civiles que sin embargo no llegó a entrar en vigor ya que adolecía de diversos defectos. No obstante la idea no fue baldía y cuando el 2 de mayo de ese mismo año el mariscal de campo Ramón María Narváez asumió el poder, retomó la idea encargando su organización al de igual empleo Francisco Javier Girón y Ezpeleta Las Casas y Enrile, II Duque de Ahumada y V Marqués de Las Amarillas, quien entonces ostentaba el cargo de Inspector General Militar.

Fruto de ello vió la luz el 13 de mayo un nuevo decreto, el cual debe considerarse como el que verdaderamente dio nacimiento a la Guardia Civil. Conforme se detallaba en la norma fundacional el nuevo cuerpo de naturaleza militar quedaba sujeto al Ministerio de la Guerra en lo concerniente a organización, personal, disciplina y percibo de haberes, y al de Gobernación en cuanto a servicio y movimientos.

Inicialmente se establecieron 14 Tercios integrados a su vez por 39 Compañías de Infantería y 9 Escuadrones de Caballería, estando compuesta su primera plantilla por 14 jefes, 232 oficiales y 5.769 de tropa. En el mes de octubre de ese mismo año se aprobaron los reglamentos militar y de servicio, y el 20 de diciembre de 1845 la "Cartilla del Guardia Civil", definido como el auténtico código moral del Instituto, cuyos preceptos después de más de siglo y medio siguen teniendo plena vigencia.

Su gran efectividad en la represión del bandolerismo e implantación del orden, motivó al Gobierno para ir aumentando sus efectivos iniciales asentando con su bien saber hacer los cimientos de la Institución más sólida y de mayor prestigio de España, además de convertirse como han reconocido prestigiosos historiadores, en un instrumento clave en la construcción del Estado Moderno.

Su organización centralista, hizo que se fuera desplegando por todo el territorio nacional, quedando estructurado por orden descendente desde la Dirección General o Inspección General -denominación según épocas- en Tercios, Comandancias, Compañías, Líneas y Puestos o Destacamentos, llegando así con el paso del tiempo a todos los puntos de soberanía española, incluidas las posesiones de Africa y de Ultramar.

El de 8 de febrero de 1913 la Virgen del Pilar fue declarada mediante Real Decreto su excelsa Patrona y por otra R.O. de 4 de octubre de 1929 se le otorgó a la Guardia Civil la Gran Cruz de la Beneficencia en reconocimiento por su labor humanitaria a favor de la sociedad española.

Durante las tres primeras décadas del siglo XX los graves problemas políticos y sociales que acontecieron en España, con numerosas huelgas, alteraciones de orden público, actos terroristas, sucesos revolucionarios y subversiones de todo tipo, motivaron que la Guardia Civil fuera el principal garante de la seguridad pública aún a costa de sufrir cuantiosas bajas entre sus filas.

Al poco de estallar la Guerra Civil en 1936 el Instituto continuó existiendo en el bando nacional mientras que en el republicano enseguida se le cambió su denominación por el de Guardia Nacional Republicana y poco después desapareció al ser absorbido por un nuevo cuerpo de seguridad pública, que unificó diversas instituciones de carácter policial.

Finalizada en 1939 la trágica contienda se procedió a una profunda reorganización en el seno de la Guardia Civil para adaptarla a la nueva situación, absorbiendo además al año siguiente, mediante la Ley de 15 de marzo de 1940, al Cuerpo de Carabineros fundado en 1829 y sus misiones de represión de contrabando y fraude, especialmente en costas y fronteras.

Desde entonces la Guardia Civil fue evolucionando, afrontando a lo largo de una década el grave problema de la guerrilla o maquis de la posguerra civil, aumentando su plantilla, asumiendo nuevas misiones y creando diversas especialidades que como la Agrupación de Tráfico en 1959 potenciaron su prestigio.

Desde entonces el benemérito Instituto de la Guardia Civil ha recorrido un largo y en muchas ocasiones, penoso camino, que no obstante le ha convertido en una de las instituciones más respetadas, admiradas y apreciadas por los españoles.

Las misiones y dependencias actuales de la Guardia Civil

Las misiones encomendadas a la Guardia Civil desde su creación fueron las propias de cualquier institución policial, es decir, velar por las personas y propiedades, hacer respetar las leyes y disposiciones, descubrir y detener a toda clase de malhechores y perturbadores de la paz pública, evitar la tenencia ilícita de armas y finalmente prestar cuantos auxilios se encuentren a su alcance en caso de incendios, inundaciones, epidemias o cualquier otra calamidad pública.

En su demarcación territorial la Guardia Civil asume las misiones de velar por el cumplimiento de las leyes y disposiciones generales, ejecutando las órdenes que reciban de las autoridades, en el ámbito de sus respectivas competencias; auxiliar y proteger a las personas y asegurar la conservación y custodia de los bienes que se encuentren en situación de peligro por cualquier causa; vigilar y proteger los edificios e instalaciones públicos que lo requieran; velar por la protección y seguridad de altas personalidades; mantener y restablecer, en su caso, el orden y la seguridad ciudadana; prevenir la comisión de actos delictivos; investigar los delitos para descubrir y detener a los presuntos culpables, asegurar los instrumentos, efectos y pruebas del delito, poniéndolos a disposición del juez o tribunal competente y elaborar los informes técnicos y periciales procedentes; captar, recibir y analizar cuantos datos tengan interés para el orden y la seguridad pública, y estudiar, planificar y ejecutar los métodos y técnicas de prevención de la delincuencia; colaborar con los servicios de protección civil en los casos de grave riesgo, catástrofe, o calamidad pública, en los términos que se establezcan en la legislación de protección civil.

Asimismo la Guardia Civil tiene encomendadas en exclusiva en todo el territorio nacional las misiones contempladas en la legislación vigente sobre armas y explosivos; el resguardo fiscal del Estado y las actuaciones encaminadas a evitar y perseguir el contrabando; la vigilancia del tráfico, tránsito y transporte en las vías públicas interurbanas; la custodia de vías de comunicación terrestre, costas, fronteras, puertos, aeropuertos y centros e instalaciones que por su interés lo requieran; velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la conservación de la naturaleza y medio ambiente, de los recursos hidráulicos, así como de la riqueza cinegética, piscícola, forestal y de cualquier otra índole relacionada con la naturaleza; la conducción interurbana de presos y detenidos; así como aquellas otras que le atribuye la legislación vigente.